El tiempo entre suturas by Enfermera Saturada

El tiempo entre suturas by Enfermera Saturada

autor:Enfermera Saturada [Saturada, Enfermera]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 2015-10-01T04:00:00+00:00


Las llaves de tres vías

Fontanería hospitalaria

¿Alguna vez os habéis fijado bien en las llaves de tres vías? Y no me refiero a observarlas con atención como quien mira a un paciente desorientado, que eso es mirar con desconfianza por si te cae un manotazo o una patada voladora; me refiero a observarlas como quien mira al abuelo que se acaba de arrancar la sonda de orina con el globo hinchado. Esa mezcla de curiosidad y admiración.

Para quienes todavía no las conozcan, las llaves de tres vías son unos artilugios que se colocan entre los sistemas de suero y la vía del paciente y permiten a la enfermera elegir cuándo pasa un suero y cuándo no; nos da así el poder de decidir, simplemente con un leve giro de dedos, si pasa el antibiótico, la glucosa, ninguno de los dos, o todo a la vez. Las llaves de paso de la fontanería corporal.

Al cuerpo humano le faltan llaves de tres vías. Y es que el cuerpo humano está mal organizado, viene incompleto, no es ni mucho menos un «tope de gama full equip», es más bien un kilómetro cero, que es casi como nuevo, pero le falta algo para serlo del todo y lo sabes, y tu cuñado te lo recordará siempre:

—Tengo que llevar el coche para cambiar la luz de posición.

—Eso es porque es un kilómetro cero, yo te lo hubiera sacado nuevo por el mismo precio y con alfombrillas de regalo. No sabes mirar. (Ahora que lo pienso, ¿alguien sabe por qué todos los cuñados tienen esa obsesión con las alfombrillas del coche?)

Si el cuerpo humano viniese con varias llaves de tres vías, todo sería mucho más sencillo. «Ahora giro la llave y vacío el intestino, ahora no. Ahora giro esta otra y vacío la orina, ahora no.» ¡¡El fin de las pérdidas de orina!! Concha Velasco estaría encantada con este invento.

Como los esfínteres, pero en modo manual. Y es que por mucho que digan, hay ciertos esfínteres de tu cuerpo que no sabes por qué pero van a su aire. Estás tan tranquila cogiendo el relevo o haciendo algo tan apasionante como actualizar el plan de cuidados del ingreso, y de pronto se despierta algo dentro que hace que pierdas el color. Un clic en tu interior que lo cambia todo, y sabes que no para bien. El termostato corporal sube y baja y empieza a caer por tu frente una gotita de sudor como la del icono de WhatsApp. Tú ya no eres tú. Ahora manda la bestia interior que se ha despertado y más vale que no llame nadie al timbre porque o vas al baño en este preciso instante o Mordor será el paraíso comparado con lo que va a suceder.

Si se pudiesen instalar llaves de tres vías en el cuerpo, yo pediría varias. Pero para ponerlas sueltas por ahí, no pegadas unas con otras, porque esto de las llaves es un no parar, una locura fontanera. He llegado a ver cinco enganchadas unas a



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